sábado, 6 de junio de 2020

Para el mercado, la oferta de Guzmán implica una quita de 45% de la deuda

Se compara con promedio de 39% de últimos canjes a nivel mundial, aunque países como Ecuador o Grecia tuvieron registros superiores a los que conseguiría la Argentina

El equipo de Martín Guzmán trabaja en hacer una nueva oferta a los bonistas con el límite que el Fondo Monetario Internacional delimitó el lunes: con una propuesta arriba de 50 dólares por cada 100 emitido -el valor presente neto (VPN)-, la Argentina ya no calificaría para ingresar en el buscado grupo de países de deuda “sostenible con alta probabilidad”, según trascendió tras el comunicado que emitió el personal técnico del organismo.

La oferta argentina mejorada -había arrancado en unos 40 dólares en el inicio de las negociaciones-, implica una quita promedio de 45% (según a qué tasa se descuenten de riesgos los flujos futuros).

Este haircut (según la jerga con la que se denomina en el mercado a esta quita) se compara con operaciones de canje de los últimos años. Un trabajo de Juan José Cruces y Christoph Trebesch llamado “Los defaults soberanos” detalla que en reestructuraciones recientes, entre 1999 y 2010, la quita implícita promedio fue de 39%.

Pero los promedios son engañosos. Cuando se mira en detalle, desde el máximo logrado por Irak en 2004, que reestructuró u$s 17.710 millones y consiguió una quita del 89%, otros países como Ecuador en 2009 lo hizo con una de 68%, Rusia, con un 51%, o la propia Argentina en 2001, que alcanzó 77%.


El economista de EcoGo, Juan Ignacio Paolicchi, sostuvo que con bonos en 47 o 48 dólares, y al descontarlos por un 10%, da una quita promedio de 45%. “Si se compara lo que sucedió en otros países, Grecia logró un 70% en 2012, Ecuador parecido, la Argentina llegó a casi 80% en 2005. Estamos lejos de grandes quitas en las reestructuraciones”, describió.

Agregó un factor: que el contexto internacional ayuda en cierto sentido ya que presiona a la baja el VPN que están dispuestos a recibir los bonistas.

De hecho, el representante de uno de los grandes fondos que tiene deuda argentina pendiente de reestructuración reconoció, en diálogo con Clarín, que el efecto del coronavirus implicaba que lo pretendido era menor a lo esperado en febrero. El “covid discount”, lo calificó.

Paolicchi mencionó que el la fuerte inyección de liquidez internacional sumada a que más países están en una situación complicada en sus deudas, implica que los inversores empiezan a ponderar estas variables y a bajar las pretensiones.

Daniel Marx, director de Quantum Finanzas y negociador de la deuda argentina entre 1989 y 1993, hizo algunas salvedades: que la oferta última que se difundió el jueves pasado, hasta no estar presentada ante la SEC (Comisión de Valores de Estados Unidos), no es una propuesta formal en sí. Y que aún así, si se incluyen cupones atados al PBI, como algunos mencionan que podría ocurría, se alterarían mucho los números.

“En general cuando se hace estos cálculos no se mira tanto cuánto es el promedio histórico, sino la capacidad de pago o si la deuda sostenible, según usa el gobierno hoy”, diferenció.


En ese sentido, marcó que esta capacidad de pago va a estar dada por un hecho: si la Argentina se recupera, a través de un “programa que genere oportunidades”, luego de la renegociación de la deuda o, en cambio, si se deteriora la situación.

“Importa más lo que pasa el día después
, aseguró.

Las comparaciones son odiosas, porque de hecho el contexto de cada país en cuestión es diferente en el momento de la reestructuración.

El economista jefe de Ecolatina, Matias Rajnerman, recordó que en conjunto entre los canjes de 2005 y 2010 la quita fue de 66% y que ahora va a ser menor al 50%, más cercana al 45%.

Pero mencionó una situación opuesta a lo actual: en ese momento la deuda ya estaba en default, razón por la cual “las posibilidad de negociar desde la Argentina eran mejores porque las alternativas a cobrar eran cero”.

En cambio hoy se trata de una deuda que se estaba pagando. “Si bien era insostenible, las posibilidades de negociación son menores porque el riesgo del default está, entonces las chances de hacer quita son menores”, diferenció.

También al comparar con otros países dijo que la situación de Ucrania o Uruguay era distinta: mostraron mucha disciplina fiscal a cambio de reperfilamiento de los plazos sin quita de capital ni intereses.

“La Argentina no está buscando eso. Se puede volver más rápido a los mercados, pero hay un problema fiscal y se está obligado a seguir ajustando mucho el gasto y, por otro lado, no se relaja el perfil de deuda; se sigue debiendo a lo mismo”, razonó.

Cuando se toma Grecia, en otro ejemplo, también era otro el contexto. “Había intereses de la Comisión Económica Europea (CEE), el Banco Central Europeo y estaba el tema del euro; se especulaba que podía salir del euro y volver al dracma; como eso no le convenía a la CEE, había intereses que jugaban diferente”, reconoció Rajnerman.


Clarín


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